Nuevas interpretaciones de los petroglifos de As Fadegas.

Concluyo la serie de entradas referidas a la visita al yacimiento de As Anzas y sus petroglifos podomorfos haciendo referencia a la visita que hicieron al lugar Marco García Quintela, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Santiago y César González García, arquoastrónomo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un año después de la de los técnicos de la Xunta, que determinaron el carácter antrópico de los grabados en la roca. Sus conclusiones son sorprendentes y muestran como la presencia de la joven Encanto en el lugar no es casual y que un conocimiento mucho más profundo está encerrado en esas huellas, en forma de leyenda.

Parte superior del camino. Desciende hacia la finca de As Fadegas.

Petroglifos en forma de huellas humanas y cazoletas, por separado, son manifestaciones de arte prehistórico rupestre bastante comunes en la Europa atlántica, y sobre las posibles interpretaciones ya se refirió el profesor Emilio Piñera Lozano en su trabajo Pegadas da prehistoria en Ribadeo.  En cambio, en el yacimiento de Anzas aparecen juntos en una sucesión de cuatro misteriosas formas circulares o cazoletas y a continuación las once huellas de pisadas. El catedrático Marco García Quintela cayó en la cuenta que las primeras tenían talladas cinco garras que a él le parecían que podían ser de oso o de otro animal. Aunque no quiso aventurarse sobre eso ni en dar una interpretación al hecho del porqué del rastro de pisadas humanas que acaban transformándose en huellas de animales, señaló que sería un caso único en el noroeste peninsular, aunque no sería el primero en Europa, “en Suecia, por ejemplo, se conoce otra representación, están al borde de un lago, en el lugar preciso donde es fácil imaginar un oso pescando”. Sobre este aspecto he de señalar que las huellas tienen una orientación en el sentido de subida de la rampa, encontrándose en la parte inferior de la piedra las cazoletas, por lo que la transformación sería a la inversa, de animal a ser humano. No obstante, aún siendo única esta coincidencia de rastros y las garras grabadas en la cazoleta, el profesor resta importancia a su descubrimiento ya que para él, la conclusión más reseñable de aquella fue la que sacó otro integrante de la comitiva de investigadores, César González García.

Despejando de hojas la pizarra. En el lugar donde está la niña se produce la transición entre las huellas.

Este investigador realizó cálculos sobre el terreno y descubrió que en el atardecer del día de San Juan las sombras que se van proyectando a medida que el sol desciende ocultan paulatínamente las huellas humanas y eso sucede así durante un periodo de "entre cinco y siete días antes y cinco y siete después del solsticio de verano”. Los petroglifos cuando mejor se aprecian es con luz rasante, en cambio, en penumbra difícilmente se puede ver. La leyenda de la joven Encanto cobra así una nueva dimensión, en el día de San Juan las huellas grabadas en la roca desaparecen a medida que las sombras avanzan, lo mismo que se esfuman engullidos en la piedra los paseantes seducidos por la belleza de la joven o por la codicia de su gallina con la pollada de oro. 

Los petroglifos se aprecian mejor con luz rasante. En la foto de la derecha se utilizó un destello de flash a ras de suelo para destacar los contornos.
En definitiva, la presencia de los petroglifos en As Fadegas no es casual, las gentes que labraron aquellas huellas en el paso estrecho entre el río y el acantilado conocían el juego del sol, y la referencia en la leyenda de la gallina y sus pollos estaría relacionada con las estrellas Pléyades. De este conocimiento astronómico de nuestros antepasados del neolítico solo nos llegó la leyenda. 

La próxima vez que vaya a la granja de As Fadegas, y tras saludar a Elia y Vicente, sus propietarios, me acercaré al antiguo camino, al recodo en el que se encajona entre el río y el acantilado y pasa sobre la pizarra. Será al atardecer de un día de San Juan, espero ver cómo desaparecen las huellas con las sombras y sentiré la sabiduría de nuestros antepasados. No quisiera encontrarme con Encanto, o sí.

Todas las fotos de As pisadas do Encanto en el álbum en Flickr:

https://www.flickr.com/gp/antonioherrera/T48bC3


Fuentes: 

Piñeiroa Lozano, Emilio. Pegadas da prehistoria en Ribadeo. 

Pontevedra, Silvia R.(5 de marzo de 2013). Astrónomos de la Edad del Bronce. El País, ed. Galicia. Recuperado de http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/03/05/galicia/1362489239_578920.html


1 comentario:

  1. Muy interesante Antonio! Ahora, espero que nos cuentes cuando vayas el día de San Juan si pudiste ver la joven
    Un abrazo y gracias por compartir estas leyendas

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