Somos agua.

Nuestra vida comienza en una cuna acuosa de líquido amniótico. Un 80% de nuestro peso corporal es agua y en la misma proporción se encuentra en el cerebro. No se trata solo de su indispensabilidad para la vida, ni de la necesidad de beberla, pero al verla fluir pareciera que se produce una conexión con el agua creativa de nuestra mente que nos lleva al éxtasis en la contemplación. 

Cascadas del río Tronceda, A Fervenza, Mondoñedo


En la Mariña el agua fluye por todas partes, por lo que cualquier fonte, regato o fervenza invita a la mirada recogida y a la reflexión de si somos capaces de reconocer el mérito de tan sencilla y transparente molécula en su decisiva participación en la casi totalidad de los fenómenos biológicos de nuestro mundo, y si en consecuencia le mostramos el debido respeto.

El río Tronceda aunque es corto es uno de los más caudalosos de la vertiente cantábrica. Desde su nacimiento en la sierra del Xistral hasta su desembocadura en el río Masma, su agitado curso deja rincones dónde el agua fluye creando paisajes de gran belleza, lo que nos ofrece muestras de la capacidad de la molécula para influir y participar también en el mundo inerte, en lo geológico.

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