Rincones de la Mariña: El petroglifo de San Marcos da Ponte Vella.

Nadie sabe quién ni cuándo se talló esta curiosa obra en piedra de granito. Tampoco el tiempo que lleva colocada en este lugar: junto a una tapia de piedra junto al camino que baja a cruzar el río Ouro por A Ponte Vella. Pero lo que resulta increíble es que el monolito aún pueda encontrarse en este mismo sitio.

El petroglifo da Ponte Vella, un monolito de granito con las figuras de cristo crucificado y San Marcos.

Cuenta Xesús do Breogar en su blog Fazouro que esta piedra, que formaba parte del vallado de un terreno particular, comenzó a ser utilizada a finales de los años 50 del pasado siglo como juguete de los niños del barrio de A Ponte Vella, que se dedicaban a empujarla dándole vueltas cuesta abajo por el camino como si de una pelota se tratase. Además, que el hijo de los dueños del terreno era el que más jugaba con ella por tenerla más a mano, pero que no contento con eso tuvo la ocurrencia de pintarla de negro con la tinta extraída de las bayas del saúco para resaltar la imagen del Santo, cuyos restos aún hoy día pueden observarse en una de las caras.

Aún podría haberse perdido para siempre en una escombrera si una vecina no llega a evitar que una pala mecánica la botase en un camión.

Al final la piedra, tras muchas vueltas y avatares, fue colocada por expreso deseo de su propietaria en el lugar donde siempre estuvo: el rincón donde los feligreses de Fazouro se dirigían antaño, desde la iglesia parroquial, al salir de misa o quizá durante la procesión de algún acto religioso, para pedirle al Santo que los favoreciese con la lluvia cuando iban a sembrar el maíz en el mes de mayo. Rogativas que posiblemente se realizaran hasta finales del siglo XIX.

La roca granítica presenta dos caras talladas, una, la que mira hacia la cuesta, presenta a Cristo crucificado, y la otra, que se orienta hacia el puente, dicen que representa al apóstol San Marcos.