Antaño, para ir de As Anzas (Ribadeo) a Salcedo, había que seguir el viejo camino a la ribera del río Grande, también conocido como Alesancia. En cierto punto, junto a la finca As Fádegas, de producción ecológica, el camino se encajona y pasa sobre una roca de esquisto entre el río y el acantilado, que se levanta vertical a la vera opuesta. Sobre esta roca hay grabadas, desde tiempos remotos, al menos once pisadas humanas.
Me contaban los propietarios de la finca, Vicente y Elia, que a nadie se le ocurría pasar por este lugar en la noche de San Juan.
Me contaban los propietarios de la finca, Vicente y Elia, que a nadie se le ocurría pasar por este lugar en la noche de San Juan.
Viejo camino de As Fádegas, junto al Río Alesancia, en la comarca ribadense de As Anzas. |
Dicen las gentes del lugar que en el alma de la roca de esquisto, que pavimenta el estrecho paso del camino entre As Anzas y Salcedo, vive Encanto, una joven rubia de asombrosa belleza. En San Juan, la moza se aparece por arte de magia a los que pasan por allí seduciéndoles con su hermosura, y por si eso fuera poco, con sus tesoros: posee una gallina clueca, que no solo es que ponga huevos de oro, sino que su pollada es de oro. La belleza de la moza o la ambición por el noble metal hace que los caminantes se acerquen a la roca, lo que provoca su encantamiento y desaparecen, engullidos por la propia piedra. No se conocen más detalles porque ninguno ha vuelto para contarlos.
En el solsticio de verano, las gentes que están al tanto de la existencia de Encanto y de sus caprichos evita esta ruta y elige una alternativa bastante más larga. En el resto del año, el único rastro de la joven son las huellas de sus pies grabadas sobre la roca.
No obstante, las sorpresas no terminan aquí, en la parte de abajo de la rampa una riada puso al descubierto algo más.
En el solsticio de verano, las gentes que están al tanto de la existencia de Encanto y de sus caprichos evita esta ruta y elige una alternativa bastante más larga. En el resto del año, el único rastro de la joven son las huellas de sus pies grabadas sobre la roca.
No obstante, las sorpresas no terminan aquí, en la parte de abajo de la rampa una riada puso al descubierto algo más.
Huellas de "Encanto" sobre la losa de esquisto. |
Fuentes:
Piñeiroa Lozano, Emilio. Pegadas da prehistoria en Ribadeo.
Pontevedra, Silvia R.(5 de marzo de 2013). Astrónomos de la Edad del Bronce. El País, ed. Galicia. Recuperado de http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/03/05/galicia/1362489239_578920.html
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