Me contaba un viejo marinero de Burela que en Mondoñedo sólo quedaban curas y vacas.
Vista del valle y de la ciudad de Mondoñedo, estatuto concedido por Alfonso VII. |
Poblada desde el neolítico, la que en la edad media fuera una de las ciudades más pujantes de Galicia, sede epíscopal de Britonia y capital de una de las siete provincias gallegas hasta 1833, hoy apenas conserva 4.600 habitantes y la sede episcopal compartida con Ferrol.
Dicen que la ciudad no ha levantado cabeza desde que el Mariscal Pardo de Cela la perdiera en su plaza. Ajusticiado frente a la catedral mientras su mujer, Constanza de Castro, que traía el perdón real, era entretenida por sus enemigos en el puente llamado desde entonces do Pasa Tempo.
Nota:
Esta fotografía forma parte de la exposición fotográfica Rincones de la Mariña (Recunchos da Mariña).
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